Retornar a este paisaje siempre me hace volver al mundo mágico de Oz, a sus zapatos rojos que en mí se convierten en zapatillas rojas...
Y donde al final de las tormentas, de las ciudades conquistadas y de los latidos derramados.. llegar al final del camino en otra ráfaga de luz que nos abre un horizonte que ya hemos visitado.